lunes, 7 de septiembre de 2009

DE INTERPRETACIONES Y OTRAS COSAS

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El Angelus Novus, Foucault y el post-impresionismo

• La base
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El informe que presentamos en esta oportunidad se comprende como el trabajo práctico número dos de la cátedra el Arte y el Hombre y es su finalidad tratar sobre el Angelus Novus de Paul Klee. Para alcanzar tal propósito se prevé la problematización del vínculo entre la obra, el post-impresionismo y la hermenéutica de Foucault.
Los materiales consultados serán los propuestos por la cátedra: Yo también sabría hacerlo de Christian Saehrendt y Steen T. Kittl; ART, todos los movimientos de Flaminio Gualdoni; y Estética de los trabajadores de Aldo Enrici y Graciela Ciselli. Además serán consultados de la red: Nietzsche, Freud, Marx de Michel Foucault y otros referidos a la obra de Klee.
Como metodología se presumen dos instancias: una de pre-escritura que comprenderá las actividades de búsqueda bibliográfica en el C.E.H.C.S y en Internet, de selección, fichaje, lectura y análisis de ellos, y de procesamiento de datos, interpretación, discusión y consenso. La segunda instancia prevista es la de escritura y comprende como actividad la construcción del informe, el desarrollo de los objetivos, la exposición de los resultados, las conclusiones y la agenda.

• Angelus Novus
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La capacidad de interpretar el pasado nos permite rememorar acontecimientos y formular nuevas lecturas sobre ellos. Modificar las versiones oficiales de las voces dominantes nos ayuda a demostrar que en su construcción participamos todos: aceptando, negando y/o resistiendo a tales imposiciones.
Michel Foucault en la ponencia VII sobre Nietzsche, Freud, Marx; presentada en el coloquio filosófico internacional de Royaumont, explica que el lenguaje “ha hecho nacer siempre dos clases de sospechas” (1): la sospecha de que el lenguaje no dice con exactitud lo que dice, sino que en un sentido menor, protege, encierra y transmite otro sentido; y la sospecha de que “el lenguaje desborda, de alguna manera, su forma propiamente verbal, y que hay muchas otras cosas en el mundo que hablan y que no son lenguaje” (1).
De esa manera, cada relato histórico consensuado (su versión autorizada) mantiene confiscadas a las segundas, terceras o cuartas voces que también interpretan y proponen técnicas, métodos y formas particulares del decir en la espera de la oportunidad para manifestarse.
En 1921 Walter Benjamin compró la acuarela de Paul Klee titulada: Angelus Novus (1920), que le funcionó como punto de partida para la confección de la novena tesis del escrito llamado Sobre el concepto de historia o Tesis sobre la historia. En dicho alegato, Benjamin, desarrolló una re-interpretación de la idea de progreso desde una posible lectura de la obra de Klee. El progreso fue concebido por el pensador, no de una manera positiva sino como un concepto que durante mucho tiempo se creyó indicador y como posibilidad de mejora de la condición de los humanos; él, al contrario, opinó que la idea de progreso fue destructora en tanto obligó a los sujetos a desprenderse de su historia, a limpiar sus memorias y a dejarse arrastrar por el huracán que, como al ángel, lo desorbita, lo confunde y le prohíbe poner los pies sobre la tierra. Al respecto, dice Benjamin en la Tesis IX:
Hay un cuadro de Klee que se titula Angelus Novus. Se ve en él un ángel, al parecer en el momento de alejarse de algo sobre lo cual clava la mirada. Tiene los ojos desorbitados, la boca abierta y las alas tendidas. El ángel de la historia debe tener ese aspecto. Su rostro está vuelto hacia el pasado. En lo que para nosotros aparece como una cadena de acontecimientos, él ve una catástrofe única, que arroja a sus pies ruina sobre ruina, amontonándolas sin cesar. El ángel quisiera detenerse, despertar a los muertos y recomponer lo destruido. Pero un huracán sopla desde el paraíso y se arremolina en sus alas, y es tan fuerte que el ángel ya no puede plegarlas. Este huracán lo arrastra irresistiblemente hacia el futuro, al cual vuelve las espaldas, mientras el cúmulo de ruinas crece ante él hasta el cielo. Este huracán es lo que nosotros llamamos progreso.
Idea de progreso benjaminiana que se vislumbra en la Estética de los trabajadores: un escrito que invita a reflexionar sobre el tiempo (el centenario) que propuso la idea de un futuro que no se debe desperdiciar y, en post de conseguir ese fin, “ganarle al detenimiento y a la pesadumbre del pasado” (Enrici y Ciselli: 1). Se trata de reflexionar acerca del aquí y ahora y de una nueva ética que insistió en la vida sin memoria, que bregó por una carrera en la cual el deseo por conseguir ese bienestar que prometía el progreso era la fuerza de movimiento, un imposible que había que alcanzar aunque jamás se aprehendiera. Un imposible que esclavizó al hombre y lo imposibilitó de desarrollar sus potencialidades. La única aspiración admisible era trabajar para concretar el objeto de deseo sin conciencia del pasado ni del presente: ni de uno mismo.
El Angelus Novus se ofrece para ser leído como una re-interpretación de la idea de progreso, pero no contextualizarlo sería cometer el error que se indicó con anterioridad: el pensar en la vida sin historia ni memoria, pues como dicen Christian Saehrendt y Steen T. Kittl: “muchas de las obras de arte se refieren en sí a la historia del arte, a la teoría del arte o a otras ciencias” (19-20); es decir, que la obra de arte está impregnada de historia y en ella se puede comprender, también, al mundo que re-presenta.
De acuerdo a la caracterización que realiza Flaminio Gualdoni sobre el post impresionismo podríamos decir que el Angelus Novus pertenece a este movimiento estético porque, tal cual lo propusieron los Indépendants , se desean garantizar los beneficios de luminosidad, del color y de la armonía a través de la búsqueda del equilibrio entre los elementos y sus proporciones: el ángel presenta una figura de medidas y trazos geométricos que dirigen la focalización hacia los ojos, a las alas y a la cabeza (por medio del cabello se consigue el movimiento). El trabajo con la paleta en colores rojizos (la gama de coloraciones utilizadas permite el trabajo de sombras y luces) consiente leer en el cuadro connotaciones simbólicas: el Angelus es una imagen alegórica que conmueve con pinceladas fluidas e intensas que emocionan y que le permiten al espectador crear su propia novela, construir su propia lectura rememorando las sensaciones que se despertaron cuando contempló a la obra. La creación de Klee propone “planteamientos esotéricos e inspirados” (Gualdoni: 15) Planteamientos que inspiraron a Walter Benjamin para pronosticar que el camino del progreso -así como aparecía planteado- estaba lejos de ser una idea salvadora.
El Angelus reproduce las características que en 1889 Georges-Albert Aurier postuló como las propias de aquella creación que pretendiera ser considerada obra de arte y simbolista. Al respecto dijo:
La obra de arte primeramente será idealista, puesto que su único ideal ha de consistir en la expresión de la idea; en segundo lugar, será simbolista, pues expresará esta idea en un forma; en tercer lugar, será sintética pues escribirá sus formas, sus signos según un método de comprensión general; en cuarto lugar, será subjetiva ya que el objeto nunca se considerará en cuanto tema, sino en cuanto signo percibido por el individuo; en quinto lugar, la obra será decorativa (Gualdoni: 16).
Aurier rescata a la obra en cuanto signo. Signo de una comunicación que se establece entre el emisor-hablante-intérprete (Paul Klee) y el receptor-oyente-intérprete (Benjamin y nosotros) que deberá concentrarse en la lectura de la producción para que ella adquiera la valoración que merece todo hecho artístico . Sin embargo, al hablar de signos, de acuerdo a la hermenéutica de Foucault, lo hacemos en tanto ellos son interpretaciones que intentan justificarse y no justificaciones que intentan interpretarse; esto es: Paul Klee nos entrega signos a través de los cuales enmascara a sus interpretaciones no inocentes sobre el mundo que le es contemporáneo. A partir del contacto que tengamos con esos signos, nosotros lectores, podremos construir las interpretaciones y comprender a nuestra manera la información que nos aporta el artista . Así, por ejemplo, al leer la tesis IX de Walter Benjamin donde se refiere al Angelus no podremos sino afirmar que es Benjamin por medio de sus lecturas quien interpreta que la obra de Klee nos propone una re-interpretación de la idea de progreso, una re-presentación donde se pone en evidencia la carga negativa de esa idea supuestamente inocente y benévola.

• Conclusión
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En definitiva, podemos concluir diciendo que la vinculación que existe entre el Angelus Novus de Paul Klee, la hermenéutica que construye Foucault a partir de los aportes de Nietzsche, Freud y Marx y el post-impresionismo, se justifica en el hecho de que por medio de la propuesta foucaultiana podemos llegar a comprender que la obra de Klee no trata sobre el progreso como lo interpretó Benjamin, sino que esa lectura es una de las posibles en el no-inacabado pero si-plural mundo de las interpretaciones. También podemos deducir que es el post-impresionismo la corriente estética que propuso un arte que pueda disfrutarse eternamente, es decir, que permita la re-interpretación constante, el encuentro con las sensaciones y con un artista que nos participa en sus experiencias. Un arte que hoy, luego de la lectura de Foucault, lo entendemos como complejo, como permeable a diversas lecturas, como signo a develar… he ahí el desafío que nos presenta el arte.

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Ideas y pensamientos

  • aaah: que esto se convierta en red, sin propietarios. Por eso amigos de Google, MSN, Facebook, estamos a un paso del sueño de Marx. Solo falta que renuncien a la propiedad del aire.
  • ah la petulancia de Nietzsche, abusando de su enfermedad para ser inmune
  • AH. LA PETULANCIA DE SOCRATES CUANDO DIJO "SOLO SE QUE NO SE NADA".:LO CORRECTO ES EL ENUNCIADO "EL QUE NO SABE NO LO SABE". SOCRATES ANTICIPÓ A DESCARTES COMETIENDO EL MISMO ERROR, LA MISMA MODESTIA INTELECTUAL, QUE LUEGO DIJO "NO DUDO QUE DUDO". PUEDO DECIR "SOLO DIGO QUE NO HABLO". POR ESO ESTAS JUGADAS DEL LENGUAJE SON MUY LEJANAS Y CONFUNDEN. SOCRATES SABIA Y NO ERA UN SABIO. NO SE PUEDE ESTAR TAN SEGURO DE QUE NO SE SABE, DE QUE SE DUDA, DE QUE SE EMPLEA EL LENGUAJE.
  • basta de mirar las ilusiones
  • cuando mas se persigue algo mas se depende
  • LA TRAGEDIA INVOLUCRA AL AUTOR
  • LA VERDAD NO ES UNA PERO DEBE SER ALGO
  • solo se ama a los hijos como se debe amar a una mujer
  • un sueño suele costar la vida

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