h-a
y Heidegger sentencia:
No estamos seguros de si su exigencia habla en nuestra esencia. Sigue siendo dudoso si la mirada del ser, es decir, el rayo (Heráclito, frag. 64), irrumpe en nuestra relación con la verdad del ser o si sólo los débiles resplandores de una tormenta que se ha alejado hace tiempo traen su pálido reflejo de claridad a nuestro conocimiento de lo ya sido.
El ser como débil resplandor dirige la apertura hacia la discusión sobre su apariencia. Su indescifrable apariencia nos muestra cómo la tendencia dircursiva no tiene resultados verdaderos sino lógicas o procedimientos para pensar lo que está oculto. Un camino irremediable es la politización del ser. El ser se vuelve publico y la finalidad de la acción pública es reemplazar la verdad con lo que aflora del ser para una imposible aunque deseable y nunca abandonable aspiración al bien común.
y Heidegger sentencia:
No estamos seguros de si su exigencia habla en nuestra esencia. Sigue siendo dudoso si la mirada del ser, es decir, el rayo (Heráclito, frag. 64), irrumpe en nuestra relación con la verdad del ser o si sólo los débiles resplandores de una tormenta que se ha alejado hace tiempo traen su pálido reflejo de claridad a nuestro conocimiento de lo ya sido.
El ser como débil resplandor dirige la apertura hacia la discusión sobre su apariencia. Su indescifrable apariencia nos muestra cómo la tendencia dircursiva no tiene resultados verdaderos sino lógicas o procedimientos para pensar lo que está oculto. Un camino irremediable es la politización del ser. El ser se vuelve publico y la finalidad de la acción pública es reemplazar la verdad con lo que aflora del ser para una imposible aunque deseable y nunca abandonable aspiración al bien común.