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http://issuu.com/aldoenrici/docs/america_y_hermeneutica_19
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En la
película Cinema Paradiso contado en
un largo flashback se relata cuando un consolidado director y productor de cine recibe una llamada en la que se le comunica
que su padre adoptivo Alfredo, ha muerto. Visiblemente afectado inicia un viaje
a los recuerdos de su pasado cuando él era un niño en un soleado pueblo
siciliano, que se escapaba cada vez que podía para colarse a la cabina de
proyección en el cine del pueblo, el Cinema Paradiso del título. Otros
personajes como el cura del pueblo que se sienta a ver las películas
para descartar los besos o escenas “atrevidas”, avisando con una campanita que hace sonar cada vez que
el material “dañino” para el resto del pueblo aparece en la pantalla; a los
enamorados que se besuquean en la oscuridad; a los niños traviesos que se
burlan de la reacción de los adultos por la decepción de ver las películas
mutiladas sin los besos prohibidos; a los apasionados “críticos” que comentan
la película en voz alta y regañan a los personajes. El final de la película es
un montaje de besos de películas de todas las épocas, todos besos de amor. El beso verdadero es un beso de amor por más que
guarde rencor, odio, venganza. El beso de judas es de amor y locura.
Algunos
besos son tan significativos que se han convertido en intermedios significativos
de la historia del cortejo o de la veneración. Así, el beso entre Romeo y
Julieta, Lancelot y Ginebra, o el del marinero y la enfermera en el centro de
Manhattan, en 1945 capturado por Alfred Eisenstaedt en 1945.
En la colección dedicada a la “Semiotics and
Popular Culture “, Marcel Danesi para Palgrave/Mcmillan,
este semiótico y antropólogo canadiense
de publica su The History of the Kiss! The Birth of
Popular Culture.
El amor romántico y el acto de besarse en los
labios están entrelazados en la
imaginación popular. La gente casi nunca se detiene a pensar no solo en por qué
lo hacemos, sino en por qué hemos desarrollado en todo el mundo una cultura de
las relaciones sexuales que gira en torno a ese acto. El idioma alemán tiene 30
palabras que se refieren a diferentes tipos de besos, incluyendo Nach-kuss,
o sea los besos fallidos que no se han dado. Algunas sociedades, por el
contrario, no tienen palabras para este acto, indicando que es no una
parte de sus rituales de cortejo, o que al menos no lo era en el pasado.
Debido a que vivimos en una aldea global electrónica, la práctica del beso,
como la propia cultura popular, se ha extendido por todo el mundo, encontrando
su propio camino en y cambiando (o, al menos, inquietando), las tradiciones.
para seguir
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