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la verdad y el sol en Nietzsche.
El sol implicó siempre la luz del saber, mientras que la oscuridad implica la tiniebla del conocimiento. Nietzsche supo descubrir esta polaridad hablando de la oposición apolíneo dionisíaca. naturalmente hay una identidad entre lo racional y el equilibrio apolíneo. El lenguaje cotidiano mismo tiene su tendencia a acercar lo racional con lo verdadero y con la luz. Un medio día, o la Ilustración, o la identificación del bien con la luz y la oscuridad con el mal o el horror, no hacen sino fomentar la distancia entre la transparencia y la opacidad.
En las meninas de Velazquez, más allá de toda la critica de arte que existe sobre esta obra hay un juego de malabares entre la verdad y la luz. La luz muestra en el espejo a los que serán representados, que en realidad ya no están en el cuadro. La tela está de espaldas en la pintura, opacidad absoluta . Velázquez mira al espectador, a quienes se supone que está retratando. Cómo imaginó el pintor esta situación, acaso mirando en un espejo que reflejaba todo lo que acontecía en un taller mientras pintaba. La pintura toda es un espejismo de la verdad, de lo real, de la realeza hispana a punto de ser representada. Se sugiere un aire de realeza sin que haya presencia de los reyes, mediante la visualidad. Una situacion de absoluta racionalidad, puesto que los reyes no son representados, sino que la representada es la infanta, preparándose para integrarse a sus padres los Reyes.
Kant separó lo sublime de lo bello sin saber de NIetzsche, anticipándose en la idea de que lo inconmensurable como la noche, lo gigantesco o lo cambiante, era superlativo en relacion a un objeto visible, reconocible, definible con palabras y´por tanto, bello.
la verdad y el sol en Nietzsche.
El sol implicó siempre la luz del saber, mientras que la oscuridad implica la tiniebla del conocimiento. Nietzsche supo descubrir esta polaridad hablando de la oposición apolíneo dionisíaca. naturalmente hay una identidad entre lo racional y el equilibrio apolíneo. El lenguaje cotidiano mismo tiene su tendencia a acercar lo racional con lo verdadero y con la luz. Un medio día, o la Ilustración, o la identificación del bien con la luz y la oscuridad con el mal o el horror, no hacen sino fomentar la distancia entre la transparencia y la opacidad.
En las meninas de Velazquez, más allá de toda la critica de arte que existe sobre esta obra hay un juego de malabares entre la verdad y la luz. La luz muestra en el espejo a los que serán representados, que en realidad ya no están en el cuadro. La tela está de espaldas en la pintura, opacidad absoluta . Velázquez mira al espectador, a quienes se supone que está retratando. Cómo imaginó el pintor esta situación, acaso mirando en un espejo que reflejaba todo lo que acontecía en un taller mientras pintaba. La pintura toda es un espejismo de la verdad, de lo real, de la realeza hispana a punto de ser representada. Se sugiere un aire de realeza sin que haya presencia de los reyes, mediante la visualidad. Una situacion de absoluta racionalidad, puesto que los reyes no son representados, sino que la representada es la infanta, preparándose para integrarse a sus padres los Reyes.
Kant separó lo sublime de lo bello sin saber de NIetzsche, anticipándose en la idea de que lo inconmensurable como la noche, lo gigantesco o lo cambiante, era superlativo en relacion a un objeto visible, reconocible, definible con palabras y´por tanto, bello.