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Con el kitsch sucedió lo que suele decirse del pasaje del matadero a la góndola del supermercado. Una docena de huevos son ni mas ni menos que unos cuantos abortos. No obstante toleramos tales brutalidades gracias a su presencia geométrica en envases de seis unidades.
no toleramos , está claro, la presencia de pequeños y grandes destructores de la paz democrática, desde moscas o asquerosidades hasta la famosa mierda en cajita de Monzoni. Adorno ya lo tiene claro"el kitsch o cursilería es lo bello menos su contraparte fea. Por tanto el kitsch, la belleza purificada, se vuelve vulnerable a un tabú estético que en nombre de la belleza, declara al kitsch como feo. El kitsch es una parodia de dicha catársis, donde se vuelve imposible trazar una linea entre lo que es verdadera ficción estética (arte) y lo que es meramente basura sentimental (kitsch).”
Theodor Adorno no tolera durezas o cáscaras sin su fascinante curvatura repulsiva.
El paisaje tiene su clausula kitsch en Claudio Lorena, bailando entre la orientalidad y el ambiente romano. Es célebre el acercamiento que Lorena busca entre una mañana dorada y un ambiente marino con un palacio romano junto a la orilla del mar. En cambio no es kitsch la carne mutilada de Bacon dentro de un cuerpo. La tortura no debe mostrarse y si se hace es para lograr sublimar el dolor.
Un paisaje endurecido por el viento frío ha de resultar poco bello. Turner fue el primero en mostrarlo a través de su famosas tormentas marinas. Una construcción estética paisajística de la Patagonia Austral, consiste en una bestial insuficiencia de formas superficiales, densas y aburridas, al margen de la belleza esperada, es una belleza desesperada.
Con el kitsch sucedió lo que suele decirse del pasaje del matadero a la góndola del supermercado. Una docena de huevos son ni mas ni menos que unos cuantos abortos. No obstante toleramos tales brutalidades gracias a su presencia geométrica en envases de seis unidades.
no toleramos , está claro, la presencia de pequeños y grandes destructores de la paz democrática, desde moscas o asquerosidades hasta la famosa mierda en cajita de Monzoni. Adorno ya lo tiene claro"el kitsch o cursilería es lo bello menos su contraparte fea. Por tanto el kitsch, la belleza purificada, se vuelve vulnerable a un tabú estético que en nombre de la belleza, declara al kitsch como feo. El kitsch es una parodia de dicha catársis, donde se vuelve imposible trazar una linea entre lo que es verdadera ficción estética (arte) y lo que es meramente basura sentimental (kitsch).”
Theodor Adorno no tolera durezas o cáscaras sin su fascinante curvatura repulsiva.
El paisaje tiene su clausula kitsch en Claudio Lorena, bailando entre la orientalidad y el ambiente romano. Es célebre el acercamiento que Lorena busca entre una mañana dorada y un ambiente marino con un palacio romano junto a la orilla del mar. En cambio no es kitsch la carne mutilada de Bacon dentro de un cuerpo. La tortura no debe mostrarse y si se hace es para lograr sublimar el dolor.
Un paisaje endurecido por el viento frío ha de resultar poco bello. Turner fue el primero en mostrarlo a través de su famosas tormentas marinas. Una construcción estética paisajística de la Patagonia Austral, consiste en una bestial insuficiencia de formas superficiales, densas y aburridas, al margen de la belleza esperada, es una belleza desesperada.